viernes, 4 de diciembre de 2009

No te olvides del Genio

Vaya por delante decir, que el libro conmemorativo del sesenta aniversario del club Estudiantes escrito por los grandes periodistas Carlos Jiménez y Felipe Sevillano, es una auténtica maravilla y una joya. Gracias a todas las personas que aportaron tanto para que ese libro saliera a la luz. Esperemos que no sea el último…
En mi biblioteca personal ya está al lado de libros como “Cincuenta años de Baloncesto en Castilla” (también del gran Carlos Jiménez y por supuesto realizado también mano a mano con el magnífico Martín Tello.), y tantos otros…
Sólo un olvido, sólo un apunte a esos dos tomos.
Se olvidaron del Genio. O del mago…EUN-GENY-O Barrantes.
Arturo:
-Lancelot ¿cómo te ha ido por el norte?
-Hemos dejado a unos cuantos para que cuenten lo que ha ocurrido.
-¿Y a ti, Uryens?
-¡Victoria!
-Lot, ¿y a ti?
-Los invasores han retrocedido hacia el mar
-Gawain, ¿a ti?
-El Este es nuestro de nuevo. El Oeste está libre y con nosotros.
-¡Se acabaron las guerras! ¡Una tierra, un rey! ¡Paz!
El mago Merlín:
Un paso atrás. ¡Silencio!, Quietos. Así es. Contemplad este momento, saboreadlo, regocijaos todos en él. Regocijaos y no lo olvidéis nunca porque él os ha unido, ya sois uno bajo las estrellas. Recordad siempre esta noche. Esta gran victoria (…). Desgraciadamente la perdición del hombre es el olvido…
Comienzo de la época obscura…
(Rospo Pallenberg-“Le morthe D´Arthur”. Excalibur. John Boorman-1981).
Eugenio Barrantes. Geni, Geny, “el Genio” para mí, es el gran olvidado de este libro, por otro lado magnifico, insisto.
Geny ha sido y es para el Ramiro de Maeztu y para Estudiantes, algo más que el jefe de la cantina. Por él han pasado muchos años de estos sesenta años de historia del club. Por su cantina han pasado nombres ilustres de muchas épocas. Han desayunado, comido, merendado y cenado personas y personajes ilustres de Ramiro y Estudiantes, de arriba y abajo, de un lado y de otro. Directivos, entrenadores, padres, jugadores, delegados, fisios, prepas, etc, le deben recordar en vida a este gran ser humano.
Desde el primer día, “el Geni-o”(como yo le llamo), era la persona de confianza para resolver muchos problemas. Si necesitabas algo allí siempre estaba “Geny-”. Para comer cuando no tenias un duro, para dejar cualquier cartera olvidada de un amigo, para dar un recado a otro compañero, para avisar a un entrenador, para colgar cualquier cartel anunciando algo, para dar entradas del estu, para fiarte, para confiarte, con el “Geny-o” siempre podías contar PARA CUALQUIER NECESIDAD.
Desde que comencé de pequeño en el cole, mi familia me presento a las personas que más me podían ayudar. Geny, fue de las primeras que me presentaron. Cuando fui jugador del club también estaba allí en su cantina del foso de las escaleras al lado de los campos rojos para lo que fuera.
Luego, fui entrenador y circunstancialmente me toco entrenar a su hijo mayor Jose Luis (más adelante a su otro hijo Álvaro, pero ya en otro club). En un año polémico, al tener padres “managers” que tenían muchas “pelotas” (las de Héctor, por supuesto), él estuvo allí apoyando siempre al entrenador y portándose siempre como un caballero a pesar que un señor con barba, ex seleccionador-otrora Director Técnico de Estudiantes-, me corto la cabeza como entrenador en mi primera etapa en el “club de los entrenadores muertos” (el club que menos apoya a los entrenadores, de largo). A día de hoy todavía no sé ni las razones. Las excusas, todas… (1995).
En la Liga Interna de Baloncesto (LIB) que duro nueve años (1995-2004) y que nació de la nada, tú entrega fue máxima. Ponías carteles, fotos, me ayudabas a hacer licencias de la LIB, me ayudabas hasta en la entrega de la ropa y repartías las entradas equitativamente para que nadie se quedara sin ver los partidos del Estudiantes, ese club que teníamos arriba “El Norte”(Estudiantes), las personas del “Sur” (el Ramiro). Éramos los “pobres” y los de arriba “los Ricos”. Norte y Sur, o Corazón “Cyan”- Corazón “Azul Obscuro”, como en el escudo.
Ahora estamos ante “la última cruzada” después de 60 años (yo viví unos pocos) pero tu viviste demasiados, y tú, te marcharas a descansar en dos o tres años ganándote el descanso a pulso. La cantina la ocuparan otras personas y yo llorare tu marcha. Casi más que la actual marcha de este maldito y puñetero club.

No hay comentarios:

Publicar un comentario