lunes, 7 de enero de 2013

Azul


Este verano que viene, se cumplirán cuatro años desde que escribí sobre un buen amigo desaparecido, David Perdiguero, en el arbitraje madrileño “Rojo” de “Nick Name”, en el artículo llamado con el mismo “Nick” (Rojo) que mi querido y desaparecido amigo tenía. Parece que fue ayer cuando estuvo con todos nosotros.

Yo cumplí con mi duelo a modo de homenaje y lleve toda la temporada 2009-2010 ese silbato rojo (cambiado más de una vez, pues los rompo), para acordarme del “peque” en todos los partidos que arbitraba, pues era así como le llamaban sus amigas Isabel Ibisate y Rocío Díaz. Lo de “peque” debía ser con todo el cariño pues David fue un jugador y árbitro de dos metros, prácticamente.

Ahora toca Azul (para seguir con la trilogía fílmica) y Azul es Rocío Díaz, su amiga intima. Rocío era una de esas árbitros con mucho carácter que se hacían respetar en las canchas de Madrid, tanto es así que Roció estaba llamada a ser una de las grandes dentro de todos los grandes.

A Rocío la conocía muy poco, de vista mucho. Supongo que algún partido me habrá pitado como entrenador pero no lo recuerdo y para eso no suelo fallar.

Lo único que sé es que la vida trae estas cosas y para gente como yo, que creo mucho en la palabra “surgir” o en la palabra “devenir”, en cuanto escribí, con la mayor tristeza del mundo, “Rojo” (“David , un árbitro en el cielo” es otro artículo sobre él), apareció “Azul” en mi vida como amiga, como persona que cree que eres de una determinada manera de ser por haber escrito de su amigo y haberte acordado tantísimo de él. Yo siempre le digo a Rocío que no valgo ni la mitad que nuestro amigo común, el tristemente desaparecido,  “Rojo”.

Hace unos días pude compartir un café con Rocío. Ella ya es una mujer casada. Tiene a su hija y va en camino del segundo. Ella ya dejo hace unos años el arbitraje. Lo echa de menos pero sabe que ser madre es lo más importante y que el camino que ha elegido es el que más le llena.

Me dijo que su color favorito es el azul (no podía ser de otra manera) y yo ya le dije que tenía pensado seguir con esta trilogía y que tocaba hablar de ella, de Azul, y que seguiría para terminar con el “Blanco” (tal vez, la ausencia de color).

“(…) Azul como el mar, azul, como de tu mirada nació mi ilusión, azul como una lágrima cuando hay perdón, tan puro y tan azul que me ahogó el corazón (…)” (Cristian Castro).

De la pérdida de un amigo a la ganancia de una amiga. El relevo de Rojo por Azul. Ojalá que todos los colores hubiéramos podido estar juntos, pero la vida es muy “caprichosa” para estas cosas y en infinidad de ocasiones, INJUSTA.


Eso sí, para Rocío y para mi, Rojo (David Perdiguero) será nuestro color favorito cuando nos hallemos juntos. En realidad, para eso, NO HAY COLOR.

"Yo no sufro de locura... la disfruto a cada minuto." (Les Luthiers)

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